domingo, 3 de febrero de 2008

De Trajano a Adriano


Trajano (Marcus Ulpius Traianus (18 de septiembre del año 53 - 9 de agosto de año 117), emperador romano (98-117), nacido en la ciudad de Itálica (actual Santiponce), a escasos kilómetros de Hispalis (Sevilla) y perteneciente a la más rica y próspera provincia de la Hispania romana, la Bética. Su padre, del mismo nombre, había sido uno de los seguidores importantes de Vespasiano tras la muerte de Nerón. También él era fiel a la casa de los Flavios y siguió la carrera habitual de senador romano, siendo elegido cónsul en el 91. Perteneció a la llamada dinastía Antonina. Contrajo matrimonio con Pompeia Plotina, aunque no tuvieron hijos.

Durante el mandato de Nerva era gobernador de la Germania Superior. Nerva le adoptó en su ausencia y le hizo participar en su gobierno. Una posible explicación es que buscaba el apoyo del estamento militar, que confiaba en Trajano tras una brillante carrera, con fama de ser uno de los mejores comandantes.
Tras la muerte de Nerva, Trajano se mantenía cerca de las fronteras del Rhin y del Danubio. Una de sus primeras actuaciones fue mejorar la red de carreteras entre Mogontiacum (Maguncia) y Augusta Vindelicorum (Augsburgo). A esto hay que sumarle la construcción de un limes para asegurar las tierras germanas en el lado derecho del Rhin, que habían sido ganadas para el imperio en tiempos de Domiciano. Sería en el 99 cuando llegaría a Roma como emperador, donde tras el duro gobierno de Domiciano, fue recibido con renovadas esperanzas.

Las guerras contra los dacios

En el 101, Trajano comenzó su primer enfrentamiento contra los dacios (situados en actual Rumania), cuyo líder era Decébalo. La guerra terminó al año siguiente con la victoria romana en la Batalla de Tapae. Entre 105 y 106 continuó el conflicto con los dacios, durante el cual los romanos tomaron la capital dacia, Sarmizegetusa, y anexionaron a Dacia como provincia del imperio. Estas guerras se reflejan en la columna de Trajano, que se levantó conjuntamente con el Foro, donde fue colocada para celebrar la gran victoria.
De la misma forma que César fue el militar más grande de la República, Trajano fue el militar más grande del Imperio. Nuestro compatriota nacido en Hispalis (Sevilla) fue el primer emperador español y tras Augusto, el más grande de todos los emperadores. Las legiones con las que combatió en Germania, Dacia y Partia no habían sufrido grandes cambios desde Augusto, lo que demuestra la bondad de su eficacia. Trajano es el cénit de Roma. El Imperio alcanzó gracias a sus conquistas su máxima extensión territorial ocupando territorios en tres continentes.




Las guerras contra los partos


En 113 Trajano empezó una guerra victoriosa contra los partos. Armenia, Asiria y Mesopotamia fueron integradas en el Imperio. Éste alcanzó con las conquistas su máxima extensión. Problemas logísticos, rebeliones y una enfermedad seria de Trajano impidieron conquistas más allá de estos límites. Murió en el viaje de vuelta de la campaña parta, en Selinus, cerca del Mar Negro, el 9 de agosto de 117.

Sus prolongadas estancias en la guerra exterior no impidieron a Trajano llevar a cabo una intensa política interior, motivo de elogios en la historiografía romana, portavoz de la opinión del Senado. El ascenso al poder de Trajano supuso para el Senado la recuperación de la libertad perdida, «un tiempo nuevo», dice Plinio. Con la colaboración del Senado, donde implantó el voto secreto, Trajano trazó un plan de regeneración moral y política que tuvo consecuencias en la administración, la justicia y la economía. Se preocupó especialmente de aumentar los recursos del fisco, con el fin de llevar a cabo su política de construcciones y mejoras de la infraestructura. Sería también el impulsor de un plan de ayuda a los propietarios agrícolas consistente en la concesión de crédito a bajo interés y cuya originalidad consistía en que los intereses que se recaudaban se destinaban a la alimentación de los niños de condición libre. Así, al tiempo favorecía el desarrollo de la natalidad, que había caído hasta índices alarmantes.

Sucesión

Justo antes de su muerte en 117, adoptó a su sobrino Adriano, quien le sucedió en el trono.
Hay rumores de que esta "adopción" se realizó post mortem, escondiendo su mujer Pompeia Plotina un esclavo bajo las sábanas del emperador muerto quien susurró la adopción como presunta última voluntad del moribundo.
La titulación completa de Trajano en el momento de su muerte era:
Imperator Caesar Divi Nervae filius Nerva Traianus Optimus Augustus Germanicus Dacicus Parthicus, Pontifex maximus, Tribunicia potestate XXI, Imperator XIII, Consul VI, Pater patriae.


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Publio Elio Adriano (Publius Aelius Hadrianus, Itálica, 24 de enero del año76 - Bayas, 10 de julio del año 138), fue emperador de Roma desde el 117 hasta su muerte. Nació en una familia originaria de Itálica(Hispania). Los antepasados paternos de Adriano, los Elios, se habían instalado en Hispania a finales del III a. C., poco después de la fundación de Itálica (206 a. C.), procedentes de la ciudad de Hadria, a la que Adriano consideró como "su segunda patria". Los Aelios, quizá importantes propietarios agrícolas, eran una de las más destacadas familias de la aristocracia romana en Hispania, perteneciendo al orden senatorial desde dos generaciones atrás. Su abuelo, Elio Marulino, había sido el primer senador en la familia.



Infancia y juventud


No hay información precisa acerca de la educación que recibió el joven Adriano, aunque se sabe de su temprano interés por la cultura griega, que le valió el sobrenombre de Graeculus ("grieguecillo"). A los catorce años marchó de nuevo a Itálica, donde permaneció menos de un año, ya que en otoño fue llamado a Roma por Trajano, recientemente nombrado cónsul en el 91. En la capital, el joven Adriano continuó su educación e inició el cursus honorum. Probablemente en el año 94 desempeñó el vigintivirato, como uno de los miembros de un tribunal que juzgaba casos civiles.

Sirvió por primera vez en el ejército como tribuno laticlavio de la Legión II Adiutrix, acuartelada en Aquincum, actual Budapest. Más tarde fue trasladado a la Legión V Macedonica, en el Danubio Inferior. Así pues, viajó a Germania para llevar a su tutor, Trajano, la noticia de que Nerva, elegido emperador tras el asesinato de Domiciano, lo había hecho su hijo adoptivo. Excepcionalmente, Adriano fue nombrado por tercera vez tribuno, esta vez en la Legión XXII Primigenia, acuartelada en Moguntiacum (Germania). El 27 de enero de 98 falleció Nerva, y Adriano se desplazó a Colonia para anunciar personalmente a Trajano su ascenso al poder imperial.


Vida bajo Trajano



Según informa la Historia Augusta, las relaciones de Adriano con Trajano no siempre fueron buenas: se menciona una disputa por culpa de los celos de los efebos del Emperador hacia el nuevo favorito, cuya homosexualidad está atestiguada también en la obra de Dión Casio. Tras este incidente, Adriano recuperó su relación de amistad con Trajano gracias al apoyo decidido del rico y poderoso hispano y triple cónsul Lucio Licinio Sura, fallecido en 107-108 d. C.

El joven Adriano contaba igualmente con la protección de la emperatriz, Plotina, experta astróloga como él mismo, y a instancias de la cual contrajo matrimonio en el año 100 con otra sobrina nieta de Trajano, su prima Vibia Sabina. Este matrimonio redobló los vínculos de Adriano con la familia imperial.

En 101
, marchó con Trajano a Dacia, en calidad de comes Augusti, con motivo de la Primera Guerra Dacia. Sin embargo, no se mantuvo a su lado durante toda la campaña, sino que regresó a Roma, donde ejerció el cargo de tribuno de la plebe. Más tarde, en el año 105, regresó a Dacia para servir a las órdenes de Trajano, esta vez con el mando de una legión, la I Minervia, en la Segunda Guerra Dacia. Al término de la guerra, fue nombrado gobernador de la Panonia Inferior.


Hacia 110-111
, viajó a Grecia. Allí, en Atenas se cree que conoció al filósofo Epicteto, con quien le uniría en adelante una gran amistad. El contacto directo con la cultura griega causó a Adriano una gran impresión. Es posible que por entonces adquiriera la costumbre de dejarse la barba, inusual entre los nobles romanos, pero frecuente entre los griegos. Su amor por la cultura griega queda patente en el hecho de que aceptara, en el año 111-112 el cargo de arconte honorífico, a lo que muy pocos romanos habían accedido con anterioridad y fue celebrado por la municipalidad de Atenas con el consiguiente epígrafe (CIL III, 550).


Tras la muerte de Trajano, la emperatriz Plotina aseguró que Adriano había sido adoptado como hijo por Trajano en su lecho de muerte. A pesar de que muchos dijeron que esto era una farsa, Adriano fue proclamado emperador de Roma. Su nombramiento fue inmediatamente seguido de la ejecución sumarísima de cuatro importantes excónsules, exponentes de las conquistas militares de Trajano. Estas ejecuciones, de las que Adriano siempre responsabilizó a su antiguo tutor, Acilio Atiano se llevaron a cabo sin el acuerdo previo del Senado, y provocaron un distanciamiento entre el emperador y la vieja asamblea. Esto pudo marcar la política imperial subsiguiente, que fue dirigida en el sentido de ampliar la base de apoyo del Principado en detrimento de Roma, mediante el contacto directo del emperador con las elites provinciales, en oposición a la vieja política del mantenimiento de Roma como ciudad imperial y hegemónica.
Quizá tuviera también algo que ver con ello el que Adriano, a diferencia de muchos emperadores anteriores, no quisiera ostentar el consulado ordinario más que dos veces, ambas seguidas y al comienzo de su reinado: en el primer semestre de 118, teniendo como collega a su sobrino, el barcinonense Cneo Pedanio Fusco Salinator , y, en el primer cuatrimestre de 119, junto con L. Dasumius Hadrianus.


Política militar de Adriano

Adriano estaba contra la política de conquistas emprendida por Trajano, por lo que sus primeras medidas como emperador tendieron a abandonar definitivamente cualquier tentativa de preservar las conquistas inseguras realizadas por su predecesor en su última expedición contra los partos
. Favoreciendo una política de defensa pasiva, Adriano también abandona parte de las conquistas de Trajano en Dacia, cediendo a los sármatas la planicie del Bajo Danubio y concentrando la ocupación romana en la región de Transilvania. Según Dión Casio, también ordenó la demolición del puente construido por Trajano sobre el río Danubio, como forma de evitar una invasión de las provincias danubianas a partir de Dacia. En un intento por proteger las demás fronteras del imperio, mandó construir un gran número de fortificaciones, entre ellas la Muralla de Adriano, situada entre Inglaterra y Escocia.



Política interior

Fue un gran admirador de la cultura griega, siendo uno de los responsables de la propagación del
helenismo del mundo antiguo. Hizo grandes viajes por el imperio, realizando obras y mejorando las infraestructuras y la economía de las provincias.
Ordenó la construcción del
Panteón de Roma, reconstruido sobre otro previo, mucho menor, erigido por Agripa, pero manteniendo la fachada arcaica con el nombre del antiguo benefactor. La construcción estuvo a cargo de Apolodoro de Damasco, quien fue muerto por orden del Emperador hacia el año 130. En Tívoli mandó edificar su villa imperial: la villa de Adriano es una de las más famosas construcciones romanas; en ella se representan diversos lugares del mundo.
Fue un emperador viajero y, por donde pasaba, levantaba ciudades, construía calzadas, erigía monumentos. Estos monumentos tenían un significado político: su construcción generalmente significaba una alianza en pie de igualdad abstracta entre Roma y la ciudad donde se construían. Así, mandó terminar la construcción de un gigantesco templo a
Zeus en Atenas, el "Olympieion", cuyo principio se remontaba a la época del tirano ateniense Pisístrato en el siglo VI a. C. El resultado de estas construcciones fue organizar un barrio al modo romano de urbanizar, de manera que él pudiera igualarse al fundador mítico de Atenas, Teseo. Esta Atenas "romana" estaba separada de la antigua ciudad por un pórtico en la entrada, en el que había inscrito: "Esta es la ciudad de Adriano, y no la de Teseo".

Para muchos historiadores el gobierno de Adriano fue la era dorada del imperio romano por entontrarse su periodo entre los conflictivos tiempos de los primeros emperadores y la decadencia del imperio ante las invasiones bárbaras de los siguientes emperadores.


Sucesión de Adriano


La sucesión de Adriano fue complicada. En principio había pensado adoptar como hijo y sucesor a uno de sus muchos antiguos favoritos (como el adolescente griego Antinoo), y a veces instaba a sus amigos a proponerle los mejores nombres (Dión Casio, 17, 3); pero, tras la muerte prematura y repentina el 1 de enero del año 138 d. C., de su heredero designado e hijo adoptivo, Lucio Ceionio Cómodo (rebautizado a mediados de 136 como Lucio Elio César), Adriano, ya con poco tiempo (se dice que conocía la fecha de su muerte), decidió adoptar al probo senador Titus Aurelius Fulvus Boionius Arrius Antoninus, que de emperador vendría a ser conocido como Antonino Pío. Le impuso la condición de que adoptase a su vez, como hijos y sucesores, al sobrino de su mujer y pariente de Adriano, Marcus Aurelius Verus, el futuro emperador Marco Aurelio, de apenas 17 años.
Mientras tanto, Adriano, una vez muerta su hermana, ordenó ejecutar, u obligó al suicidio, a sus dos parientes vivos más próximos: a su cuñado, el nonagenario consular
Serviano, del que desconfiaba por creer que buscaba la sucesión imperial para su nieto Cn. Pedanio Fusco Salinator, y a éste mismo. Esta decisión agravó mucho más el distanciamiento entre Adriano y el Senado, que a su muerte intentó invalidar todas sus disposiciones, lo que fue impedido por Antonino. Ésta es la causa más plausible de que fuera llamado en adelante con el epíteto de Pius (Pío), especialmente utilizado entre los romanos para las manifestaciones de piedad familiar.
Poco después, Adriano murió el 10 de julio de 138, a los 62 años de edad, retirado en la villa imperial de Baiae, cerca de Nápoles, tras padecer los grandes sufrimientos que Serviano le había augurado antes de morir, que le llevaron incluso a querer quitarse la vida varias veces. Tras reposar en otros puntos, sus restos fueron depositados en el enorme mausoleo que, a semejanza del de Augusto, pero de un tamaño mayor, se había hecho construir en el lado opuesto del Tíber, conocido como
Mausoleo de Adriano y más tarde como la fortaleza papal de Castel Sant'Angelo.

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